En este proyecto, hemos acometido el cerramiento de la parcela y creación de un espacio práctico y funcional.

En el acceso principal, las lavandas nos dan la bienvenida al jardín; frente a ellas, una pequeña pradera nos presenta al protagonista del recibimiento, un arce liquidámbar. A pocos metros de él, unas palmeras nos recuerdan el paso de origen tropical de sus propietarios.

Esta entrada nos da acceso a dos pasillos:

• El más amplio dominado por una pradera de césped, lugar de ocio y actividades para los más pequeños y zona de transición a una parte en desarrollo.
• El pasillo más estrecho es zona trasera y secundaria del edificio y forma parte de la separación entre viviendas, lo hemos dotado de una variedad de colores, formando grupos de arbustos como bola de nieve, photinias, durillos o evonimus.

El cerramiento en la parte posterior está formado por un muro de mampostería de 2 metros de alto y 50 cm de ancho, construido con piedra vista de la zona y aprovechando las piedras que pudieron salir durante la excavación y edificación de la vivienda.

Este muro dota de personalidad a la vivienda y aporta los elementos naturales que nos proporciona el medio para la construcción de elementos sólidos y consistentes.